Busca un momento de calma para ti en el día. Párate frente a un espejo de cuerpo completo y cierra los ojos. Recuerda cómo te veías en la infancia en un momento alegre.
1. Afloja tus brazos a tus costados.
2. Inhala hondo por la nariz por 4 segundos con la boca cerrada.
3. Sostén 4 segundos la respiración y exhala en 4 segundos. Repite 3 veces.
4. Abre los ojos, acércate al espejo y coloca las palmas de tus manos, con los dedos abiertos y apoyadas, tocando el espejo frente a ti.
5. Sonríe y mira directo a tus ojos, sostén la mirada y en voz alta o baja pregúntale:
¿QUÉ CONSEJO TE DARÍA PARA ESTOS MOMENTOS QUE ESTÁS VIVIENDO AHORA?
No lo pienses demasiado, sólo sigue mirando tus ojos mientras te escuchas. Que tu mirada sea de encuentro y amor propio, como cuando ves a quien quieres.
Agradécele y llévate ese consejo para vivir tú día con intención.
