No puedes esperar que tu felicidad y autoestima, dependan del reconocimiento de alguien más.
El primero en elogiarte, eres tú mismo. Es el elogio con más peso en tu confianza.
Si eres una persona a cargo del desarrollo de otro ser humano, por ejemplo; papás, tutores y maestros, cuiden muy bien sus palabras. Los elogios tatuarán el alma de las personas a quienes se los dicen en la infancia, porque creen en ustedes a veces más que en sí mismos; hasta tener la edad o la posibilidad de cuestionarse sus creencias. Los niños, incluso detectan las incongruencias de lo que dices, cómo lo dices y cuál es tu conducta no verbal.
Marisa Peer, dice que la mente aprende por repetición, la creencia de “no ser suficiente”, es común en el 85% de las personas.
Usemos la técnica del espejo escribiendo en él, y leyendo diario “yo soy suficiente” y por repetición se tatuará en la mente.
¿Cuál es el elogio que te dirás a ti hoy?
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