Un abrazo del alma, bien apretado, que con los brazos acerca a las personas, equilibra la energía entre los dos, te saca de la realidad y lleva a la sensación de una completa paz. Eso hay detrás de un abrazo entregado: mensajes, señales que dicen ¡te quiero, me importas, lo siento, estoy aquí!
Es la mejor forma de querer sin hablar y la mejor medicina a todos los males. Y para llegar a un abrazo así de profundo, significa tener un grado de intimidad, que por muy pequeño que sea demuestra amor puro.
Un abrazo así, abre corazones, consuela con juego de miradas que expresan más que mil palabras juntas.
Abraza, abraza mucho. Ante la pandemia, empieza en casa, por ti. Abrázate con tus brazos rodeando en movimiento tu espalda.
Abre tu corazón y tu alma para abrazar, no se trata solo de ti, hay personas que agradecerían en estos momentos un abrazo, y pueden estar sentadas junto a ti.
Cierra los ojos y abraza a la distancia, a quien está lejos. Si crees en el alma y en el calor que despides a través de tu cuerpo, ellos lo sentirán.
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